- SELECCIÓN EDITORIAL
- Un gran maestro y un maravilloso compositor, cuyo Réquiem le ha garantizado la inmortalidad.
Gabriel Fauré
Biografía
Sinceridad, claridad y una expresión impecable: estas fueron las consignas que siempre defendió Gabriel Fauré. Su trayectoria abarcó desde la música de Berlioz, Schumann y Chopin hasta el radicalismo de Arnold Schoenberg, con una vida artística marcada por los efectos de la guerra franco-prusiana y el impacto de la Primera Guerra Mundial. Nacido en Parmiers en 1845, empezó formándose como músico de iglesia. Sin embargo, aunque estuvo vinculado durante muchos años a Saint-Sulpice y a la Madeleine de París, no se le recuerda como organista y compositor, a pesar de que la obra más popular que compuso en este periodo es Réquiem en re menor, Op. 48, iniciada en 1887 y modificada posteriormente a lo largo de una década. Su música para piano incluye nocturnos y barcarolas que trazan una evidente evolución formal, del encanto de los primeros salones a la complejidad y la densidad armónica de sus obras más tardías, una intensificación estilística atribuible quizá en parte a la creciente sordera de Fauré. La ópera Penélope tuvo una acogida desigual, pero sus canciones, muy apreciadas por Ravel, son una piedra angular dentro de la tradición de la mélodie francesa. Su excelente catálogo de música de cámara, desde sonatas a dúo hasta cuartetos y quintetos para piano, revela una voz reconocible, urbana, sofisticada y versátil. El Cuarteto de cuerda, finalizado justo antes de su muerte en 1924 y la única incursión de Fauré en el género, ha quedado para la posteridad como su oscuro, introspectivo y perturbador punto final.