Georg Philipp Telemann

Durante gran parte de los siglos XIX y XX se consideró a Georg Philipp Telemann un músico correcto que carecía de la profundidad espiritual de su contemporáneo J. S. Bach. Luego, el movimiento de interpretación historicista de la década de 1960 comenzó a explorar la obra de Telemann, revelando la afilada imaginación que aportó al timbre y la coloración. A diferencia de Bach, él gozaba de un fino sentido del humor: en la Alster Overture, se representan cisnes, cuervos, ranas y pastores con un tono socarrón inigualable. El compositor alemán también escribió una enorme cantidad de música sacra, que a su muerte en 1767 lo había convertido en el compositor más célebre de Europa (La Pasión de Brockes impresiona por su conmovedora escritura vocal y su sentimiento devocional), aunque el verdadero tesoro de su producción lo componen sus piezas puramente instrumentales. Infinitamente inventivas y entretenidas, se encuentran entre las composiciones más amables y cercanas de todo el siglo XVIII.